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Por YoPublico.cl , 8 de noviembre de 2020Proyecto FONIS financiará programa de "fuerza" en casos de cáncer de mama
El Programa de Kinesiología Oncológica en el Hospital Dr. Sótero del Río será beneficiado a partir de marzo 2021 y durante 30 meses, con 60 millones de pesos que permitirán implementar un “Programa de ejercicio físico de fuerza” en mujeres que estén recibiendo quimioterapia y que tengan alto riesgo de desarrollar linfedema. Se trata de un FONIS, Fondo Nacional de Investigación y Desarrollo en Salud, otorgado a la líder del proyecto, Karol Ramírez, past president de la Sociedad Chilena de Kinesiología Oncológica (SOCHKO) y docente de la carrera de Kinesiología UC.
Karol se desempeña desde el año 2007 en centros de oncología de la Red UC-Christus y desde el 2015 encabeza el programa de Kinesiología Oncológica del Hospital Dr. Sótero del Río, creado mediante el convenio UC-Sótero, que atiende pacientes con cáncer de mama del Servicio de Salud Metropolitano Sur-Oriente (SSMSO) en Chile. Desde allí, la especialista impulsa un innovador modelo de prehabilitación y rehabilitación kinesiológica, un tratamiento que no solo permite mantener la movilidad del tren superior en cánceres de mama, sino también mejorar la calidad de vida de las pacientes antes y durante tratamientos quirúrgico, de radioterapia y quimioterapia.
Para el Dr. José Peña, oncólogo médico de la Unidad Oncológica de Adulto del Hospital Sótero del Río, “si bien hace algunos años la kinesiología forma parte de la canasta GES del cáncer de mama, solo hace 5 años –con la llegada de Karol Ramírez a nuestro equipo- se ha hecho un tratamiento y seguimiento estricto de nuestras pacientes, incorporando la educación y el tratamiento kinesiológico preventivo. Son muy pocos los hospitales con kinesiólogos en sus equipos de cáncer”.
El especialista explica que el Centro Oncológico Ambulatorio de Adultos del Hospital Dr. Sótero del Río es uno de los más grandes del país y uno de los con mayor número de pacientes tratados con quimioterapia; en él trabaja un equipo interdisciplinario, que incluye a enfermeras, psicólogos, oncólogos médicos, matronas, cirujanos y kinesiólogos, entre otros. “El cáncer más frecuente en las mujeres, tanto en Chile como en el resto del mundo, es el de mama; en la mayor parte de los casos, esta enfermedad se diagnostica en forma localizada, y es tratada con una combinación de cirugía y otros tratamientos, como radioterapia y fármacos contra el cáncer. Afortunadamente, la gran mayoría de las pacientes sobrevive por largo tiempo, pero muchas de ellas son sometidas a cirugía de la mama y de la axila, con posibles secuelas funcionales, estéticas, y psicológicas; dentro de las primeras, una de las más importantes es el linfedema, producto del daño al sistema de drenaje linfático de la extremidad, que puede convertirse en una condición muy invalidante para las pacientes”, puntualiza el doctor Peña.
Un primer estudio realizado en entre 2016 y 2017 en el Hospital Dr. Sótero del Río determinó que el nivel de actividad física de las mujeres con cáncer de mama recibiendo quimioterapia era bajo. “Apenas el 13% de las participantes cumplían con las recomendaciones de ejercicio para personas con diagnóstico de cáncer, por lo que se implementó un programa de ejercicio en cáncer de mama desde el momento del diagnóstico. Ahora, creemos que el ejercicio de fuerza puede tener un beneficio mayor en las personas que tienen más riesgo de desarrollar linfedema, sentando bases de entrenamiento físico específico para esta población a nivel mundial”, relata Ramírez.
La incorporación de la kinesiología desde el momento del diagnóstico significó tener una incidencia actual de linfedema de 20%. Con este programa de ejercicio físico específico, el grupo de investigación espera observar una mayor reducción de este temible efecto adverso para el equipo de salud y sobre todo para las sobrevivientes. Esta investigación financiará el seguimiento de las participantes por 2 años, pero el equipo pretende extenderlo a 5 años, potenciando el equipo de evaluación y las horas de atención kinesiológica.
Por su parte, la Dra. Militza Petric, cirujana de la Unidad de Patología Mamaria del Hospital Dr. Sótero del Río, asegura que “El cáncer de mama es una enfermedad curable en la mayoría de los casos, sobre todo si se realiza un diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno. Sin embargo, pueden existir secuelas inherentes al tratamiento. En relación a la cirugía, sabemos que la resección de ganglios linfáticos de la axila puede producir complicaciones como el linfedema. Mientras más avanzada la enfermedad y agresiva la cirugía, mayor es el riesgo de desarrollar esta condición que finalmente repercute en la calidad de vida por dolor crónico, problemas de la autoimagen y alteraciones de la movilidad. Además de la cirugía, existen condiciones que aumentan el riesgo de linfedema, como la obesidad y el uso de tratamientos adyuvantes como la radioterapia”.
La Dra. Petric señala que existen muchos mitos en torno a la actividad física y el cáncer, incluso entre los profesionales de la salud. “Por largos años la indicación era el reposo absoluto después de la cirugía por cáncer de mama, o no realizar movimientos repetitivos ni tomar peso con los brazos; pero ese modelo ha cambiado. Gracias a nuestro programa de kinesiología, las pacientes reciben educación preoperatoria, con pautas de ejercicios que realizan en el postoperatorio inmediato, apoyado también por atención kinesiológica domiciliaria”.
De acuerdo a la Sociedad Americana de Medicina del Deporte, el ejercicio físico debe ser indicado a toda persona con diagnóstico desde el momento del diagnóstico, ya que se asocia a muchos beneficios físicos, emocionales y relacionados a la respuesta frente a los tratamientos médicos; no obstante, en Chile no más del 13 a 15% de los pacientes oncológicos cumplen con esta recomendación, de ahí la importancia de incorporar el ejercicio físico en todos los niveles de atención en salud.
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