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Por Lorenzo Palma , 26 de julio de 2021Investigadores descubrieron parásitos fósiles en el Monumento Natural Cueva del Milodón en la zona austral de Chile
Los coprolitos son heces fosilizadas de organismos que vivieron en el pasado. En esta investigación publicada recientemente en la prestigiosa revista Archaeological and Anthropological Sciences de Springer, el candidato a doctor en Ciencias Veterinarias, Pablo Oyarzún-Ruiz, junto a Samuel Pérez Espinoza, Fernanda González, Lucila Moreno y Fabiana Martín, analizaron 52 coprolitos y en 18 de ellos encontraron 6 tipos de parásitos.
El hallazgo es todo un descubrimiento, ya que existe poca información a la fecha sobre los parásitos de los mamíferos del Cenozoico, conocida como la era de los mamíferos, que poblaron el planeta una vez que los dinosaurios se extinguieron. Es tan poca la información que esta es la segunda publicación académica en el tema.
Fabiana Martín, Dra. en Arqueología, e investigadora del Centro de Estudios del Hombre Austral, de la Universidad de Magallanes, comentó respecto a la importancia de estos hallazgos “es la primera información detallada acerca de los parásitos de esta especie extinta, lo que permite comprender un poco mejor su ecología. El trabajo demuestra también la importancia de estudios interdisciplinarios en el campo de la arqueología”.
Mylodon darwini es el nombre científico del milodón, que se puede observar en la famosa Cueva del Milodón, en la región de Magallanes y la Antártica Chilena, al norte de Puerto Natales. Esta cueva mide 250 metros de largo y 145 de ancho y su alto alcanza los 30 metros, en su centro alberga una estatua de un milodón, visitada por miles de turistas cada año.
Luego de excavaciones al interior de la cueva en 2012 y 2013, los investigadores seleccionaron 52 coprolitos de los recolectados. Cada coprolito se pesó, midió y fueron raspados en su parte superior. Estos restos de heces fosilizadas son parte de la colección del Centro de Estudios del Hombre Austral (CEHA). Las muestras de coprolito se almacenaron de manera individual, para luego realizar el análisis paleoparasitológico.
“Se rehidrataron los raspados de cada coprolito. Con cada muestra se prepararon 20 portaobjetos y fueron observados bajo un microscopio óptico, fue ahí que se detectaron huevos de parásitos. Todos los huevos fueron depositados en la colección de Museo de Zoología, Universidad de Concepción, Chile”, detalló el investigador, el Dr (c) Pablo Oyarzún-Ruiz, integrante del Laboratorio de Parásitos y Enfermedades en Fauna Silvestre de la Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad de Concepción.
El investigador, explicó que este descubrimiento podría servir como base para futuros estudios en el área de la paleoparasitología animal como humana. El reconocimiento de parásitos que podrían llegar a parasitar seres humanos agrega mucho a nuestra discusión sobre la interacción humanos-Milodón. Piensa que puede comenzar toda una línea de investigación. Por otra parte, realiza un llamado a la colaboración junto a otras disciplinas, que han tomado muestras a lo largo del país, pu
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