Educación
Por YoPublico.cl , 24 de abril de 2021El trauma mecánico afectaría la voz de profesores durante la pandemia
De acuerdo a cifras del Ministerio de Educación, existen cerca de 350 mil profesores dedicados a la Educación de Párvulos, Educación Básica y Media en Chile, una cifra importante de profesionales que se han visto exigidos por las circunstancias actuales de clases virtuales e híbridas, que entre otros aspectos han abusado de su voz. El reciente 16 de abril se celebró el Día Mundial de la Voz, poniendo en relevancia un importante debate acerca de la salud vocal en los educadores.
En opinión de Felipe Cerda Sandoval, Magister en Fonoaudiología y académico de la Carrera de Fonoaudiología UC, “ 3 de cada 4 profesores han sufrido un trastorno vocal a causa de su uso en el desempeño de clases, y esa cifra representa un 30% más que en el año 2004. Estos antecedentes nos obligan a plantearnos grandes y nuevos desafíos, tanto a los profesionales fonoaudiólogos especialistas en el área de la rehabilitación y prevención de los trastornos de la voz, como también a las diferentes instituciones gubernamentales y no gubernamentales relacionadas con las seguridad y salud en el trabajo, y en particular relacionados con el Magisterio”.
Hoy hemos visto la importancia de la voz en un contexto adverso mundialmente, donde el distanciamiento físico es una de las soluciones al control de la pandemia. Pese a ello, nuestra voz no se ha apagado, al contrario, sigue siendo nuestro principal pilar para mantener vivo el contacto con nuestros seres queridos y con la comunidad en general, incluso fundamental para el desarrollo de diversas funciones laborales que se han transformado a una modalidad telemática.
Para el especialista, las estructuras corporales productoras de la voz -llamados pliegues vocales-, requieren de complejos procesos neurológicos, cognitivos, físicos y biomecánicos para generar un sonido, que al que vibrar se golpean aproximadamente 250 veces por segundo promedio en una mujer y 140 veces en un hombre. “Lamentablemente no están exentas de dañarse y enfermarse, al contrario son altamente susceptibles a ello. Ante esto, consideramos a la disfonía como la pérdida parcial de las características vocales y la afonía cuando son afectadas de manera absoluta”, explica Felipe Cerda.
Si bien los trastornos de la voz son multifactoriales o multietiológicos, una de las causas más frecuentes de la disfonía es el trauma mecánico por alta repetitividad o intensidad de las colisiones al vibrar, generando alteraciones tanto estructurales como funcionales sobre los pliegues vocales, provocando estragos sobre la calidad acústica de la voz, afectando a su audibilidad y a la comprensión del mensaje entregado a nuestros interlocutores.
“Cuando la voz se enferma a causa del uso y directa ejecución de la actividad profesional, esta será considerada una enfermedad laboral o Disfonía Ocupacional. Los profesionales de la voz, particularmente Profesoras y Profesores, están constantemente expuestos a agentes de riesgo vocal laboral generadores de trauma mecánico, enfermando sus pliegues vocales e impidiendo que puedan realizar con normalidad sus clases junto a sus estudiantes, por lo tanto, son el grupo de profesionales de la voz mayormente vulnerables a sufrir esta enfermedad ocupacional”, sostiene el fonoaudiólogo.
Grandes avances hemos observado estos últimos años en relación a políticas públicas, dentro de ellas la incorporación y normalización procedimental impulsada por la Superintendencia de Seguridad Social del Gobierno de Chile (SUSESO) a través de Guías de orientación para el manejo de la Disfonía Ocupacional en Chile, incorporando la labor fonoaudiológica, así también, impulsando constantemente la investigación científica para la creación de herramientas preventivas y de vigilancia epidemiológica de esta enfermedad ocupacional.
A pesar de estos importantes logros, el académico UC añade que la fonoaudiología como disciplina, tiene la tarea de generar nuevos conocimientos, aumentar su participación junto a diversas instituciones relacionadas con la seguridad y salud en el trabajo, contribuir en la creación de programas, políticas públicas y procedimientos para el control y diagnóstico precoz de la disfonía, así como aportar en la conservación de la salud vocal de esta herramienta de trabajo, incluso en tiempos de pandemia, donde nuevas condiciones traerán consigo otros riesgos para la voz.