Aprendizaje social y cooperación: factores clave en la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas

Con el inicio de un nuevo año académico, surge la necesidad de reflexionar sobre la educación matemática y los desafíos que enfrenta nuestra sociedad. Tradicionalmente, el aprendizaje en esta disciplina se ha abordado desde marcos conceptuales vinculados a teorías educativas, objetos matemáticos, estrategias didácticas y elementos lúdicos. Si bien estos enfoques enriquecen la enseñanza, también pueden relegar aspectos igualmente fundamentales, como las dimensiones afectivas y las interacciones interpersonales.

Desde la teoría de la evolución cultural, que plantea un paralelismo entre la evolución biológica y el desarrollo de la cultura humana, el aprendizaje social adquiere especial relevancia. En este sentido, los entornos colaborativos, como grupos de apoyo y espacios de ejercitación, favorecen la construcción de conocimiento compartido, permitiendo que los estudiantes no solo aprendan unos de otros, sino junto a otros. 

La resolución colaborativa de problemas matemáticos fortalece habilidades interpersonales y fomenta la cooperación, un comportamiento que ha resultado clave en la evolución y el funcionamiento de la vida en sociedad. Además, el aprendizaje y las emociones están estrechamente vinculados, lo que obliga a repensar la enseñanza de las matemáticas más allá de su dimensión cognitiva. La emoción, entendida como un proceso complejo que involucra respuestas neurofisiológicas, cognitivas y conductuales, influye en la forma en que los estudiantes enfrentan el conocimiento. Así, centrarse exclusivamente en lo racional puede desatender el desarrollo de habilidades sociales y generar escenarios de estrés o rechazo hacia la disciplina. Por esto, reconocer la interconexión entre razón y emoción no solo favorece una adaptación más efectiva a los desafíos académicos y sociales, sino que también permite resignificar experiencias negativas previas, transformando la relación con las matemáticas.

El aprendizaje social y la cooperación son dos atributos sociales profundamente arraigados en las sociedades, tanto animales como humanas, y que representan factores clave a considerar en la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas. Asimismo, la expresión y el reconocimiento de las emociones pueden ofrecer valiosas perspectivas para repensar y ajustar las estrategias pedagógicas en esta disciplina. Estos elementos permitirían una comprensión más holística del aprendizaje, donde el entorno, la sociedad y la cultura sean elementos clave en la construcción de una experiencia educativa más inclusiva y significativa para este nuevo año académico en matemáticas.

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