Salud
Por Marcelo Vera , 3 de agosto de 2021La importancia de los genes en la determinación de la personalidad… y de la felicidad
Se dice que el ser humano es el resultado de la combinación entre los genes que hereda la persona de sus padres y el medio ambiente en el cual crece y se desarrolla el sujeto.
En este sentido, la “herencia genética” hace referencia al proceso a través del cual la información genética se transmite de padres a hijos, en tanto que el “medio ambiente” alude al entorno que rodea y afecta a los seres humanos –u otros seres vivos– y que condiciona sus circunstancias de vida, tales como: las condiciones sociales, económicas, físicas, culturales, etc., donde nace, crece y se desarrolla un sujeto, y que son propias de un lugar, un grupo humano o de una época determinada.
Ahora bien, diversos estudios realizados con miles de gemelos han revelado la importancia que tiene la herencia en la determinación de ciertos rasgos de la personalidad de un individuo.
Dado el hecho que los gemelos(as) son “clones perfectos”, es decir, comparten el mismo ADN, ellos son de gran ayuda en el intento de explicar qué tan importante es la herencia en la forma de ser de cada uno de nosotros. Por esta razón, los gemelos representan una de las herramientas más utilizadas por los investigadores interesados en zanjar una polémica de décadas, a saber: qué tan determinantes son la herencia y el ambiente en la formación de la personalidad, es decir: ¿por qué razón somos como somos?
Diversos científicos han realizado investigaciones de largo aliento buscando hacer un análisis comparativo de manera altamente sistematizada y con miles de parejas de gemelos, algunos de los cuales vivieron y crecieron juntos, en tanto que otros fueron separados y crecieron en distintos hogares desde su nacimiento. La hipótesis de fondo, es que aquellos rasgos en que la mayoría de los gemelos coinciden –pese a vivir y desarrollarse en distintos ambientes– se explicarían en función de la herencia.
Es así, por ejemplo, que la agresividad, el nivel de inteligencia del sujeto y la posición política de las personas, serían algunas de las características donde la genética juega un papel fundamental. Otros investigadores aseguran que el nivel de felicidad del que goza un individuo dependería, en gran medida, de la herencia.
El investigador que llevó a cabo uno de los estudios más completos y ambiciosos de gemelos fue el Dr. Thomas Bouchard de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos, quién, junto a su equipo de expertos, estudió y analizó en detalle nada menos que a ocho mil pares de gemelos, investigación que incluyó estudios de casos, estudios longitudinales, análisis cuantitativos y meta análisis a gran escala, investigación que luego fue publicada en un artículo titulado “Fuentes de las diferencias psicológicas humanas: el estudio de Minnesota de gemelos criados por separado”.
Un estudio de caso muy llamativo fue el de los gemelos Jim Springer y Jim Lewis –llamados los “gemelos Jim”– quienes fueron separados desde su nacimiento y fueron reunidos cuando tenían 39 años. De acuerdo con los datos disponibles, los gemelos descubrieron que cada uno de ellos había contraído matrimonio con una mujer llamada Linda, luego se habían divorciado y se habían casado con una mujer llamada Betty. Ellos compartían intereses en carpintería y diseño mecánico, su ramo favorito en el colegio habían sido las matemáticas y la menos favorita el deletreo (o spelling, in inglés). Ellos fumaban y bebían las mismas cantidades de cigarrillos y bebidas y les daba dolor de cabeza a la misma hora del día. Ambos eran dueños de un perro llamado “Toy” y habían llamado a su hijo casi en forma idéntica: “James Allan” y “James Alan”.
Al respecto de este caso, el Dr. Bouchard señaló que estos gemelos resultaron ser “inusualmente parecidos”, mientras que la mayoría de los gemelos muestran más diferencias. En promedio, los “gemelos idénticos criados en forma separada son similares en alrededor de un 50%”, y eso echaría por tierra la creencia generalizada de que los gemelos idénticos son “copias exactas el uno del otro”. No obstante lo anterior, el equipo de investigación descubrió que los gemelos idénticos criados aparte tenían la misma posibilidad de ser parecidos, tal como los gemelos que fueron criados juntos.
El Dr. Bouchard y su equipo de expertos concluyeron en su estudio que varios rasgos de personalidad muestran un fuerte componente genético. A modo de ejemplo, ellos señalan que la tendencia a ser influenciado por otras personas, sería en un 60% de carácter hereditario, esto, basados en el hecho que seis de cada diez pares de gemelos compartían esa característica, sin que importara mucho el tipo de educación que habían recibido.
De igual forma, la capacidad de obtener placer estético mirando una pintura se debería en un 55% a los genes con los que las personas vienen al mundo.
Ciertos trastornos –tales como el autismo, la esquizofrenia y las depresiones clínicas– presentan, asimismo, una fuerte carga genética. De hecho, se detectó que en el 90% de los casos en que un gemelo era autista, el otro también presentaba el mismo trastorno.
La investigación también reveló que muchos rasgos de personalidad se pueden explicar por la combinación de la herencia y la influencia del ambiente: la extroversión, la capacidad de liderazgo, la elección de una carrera e incluso, la posición política serían algunas de estas características.
En relación con la inteligencia de las personas, se determinó que ésta se ve altamente influenciada por la carga genética, por cuanto, algunos estudios indican que este rasgo dependería hasta en un 80% de la herencia genética, en tanto que el 20% restante que está relacionado con la influencia ambiental también sería clave, ya que si una persona no recibe suficiente alimentación, no tiene acceso a la educación o no recibe el afecto y los cuidados necesarios que requiere un niño, de nada le servirán sus genes.
Diversos estudios de expertos reconocidos a nivel mundial como Ruut Veenhofen, Sonja Lyubomirsky, Tal ben Shahar y otros, concluyen, que incluso la felicidad no dependería tanto de la prosperidad económica, el éxito profesional o el estado civil del sujeto, sino que de la información genética recibida de los padres –hasta en un 50%–, la que predispone a las personas a ser más alegres y optimistas, o bien, a su opuesto. En este sentido, el factor genético de la felicidad estaría más allá de nuestro control directo.
Si bien está claro que los números y las estadísticas dan para muchas explicaciones, al menos todos los estudios indican la misma tendencia: los “genes juegan un rol preponderante en el desarrollo y crecimiento de un determinado individuo”.
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